Una de las decisiones más aterradoras que hemos tomado en nuestro primer año de actividad ha sido tomarnos un descanso.

Desde el principio, Mustard ha consumido nuestras mentes, nuestro tiempo y nuestros corazones. Hay días en los que parece que es el centro del universo y puede ser realmente difícil separarse de él, aunque solo sea por una noche. 

Contamos con 8 canales diferentes por los que nos pueden contactar y, como operamos en dos hemisferios, estamos conectados las 24 horas del día. A menudo se dice que dirigir una empresa es como vivir en una montaña rusa, y esa ha sido nuestra experiencia. Cada correo electrónico que nos llega puede hacernos la vida imposible. Sí, es bueno desarrollar un poco de perspectiva y quizás una piel más dura o una dosis de "no apego", pero la realidad es que cada pico y cada caída nos pertenecen.

Los días previos a las Navidades fueron más de mensajería, pedidos y facturas que de películas festivas y vida social (¿cómo se dice?), así que cuando llegaron estábamos agotados. Teníamos mucha curiosidad por saber si nuestros productos serían el tipo de cosas que la gente compraría como regalo de Navidad, ¡al fin y al cabo son bastante grandes para caber debajo de un árbol! Resulta que sí, que tuvimos un mes muy ajetreado e hicimos todo lo posible para entregarlos a tiempo. Estuvimos muy ocupados hasta el último minuto. 

El Boxing Day volamos cada uno a Tailandia con un total de 14 miembros de nuestra familia para pasar unas vacaciones, una rara oportunidad para estar todos juntos (la mayoría sólo quieren ver a mis hijos, ¡pero no pasa nada!). 

Después de debatirlo mucho, decidimos mantener nuestra tienda activa pero retrasar los envíos, el correo electrónico y, lo que más nos asustó de todo, ¡abandonar Instagram! Por mucho que sea una parte esencial de nuestras vidas y negocios, fue refrescante estar de vacaciones sin pensar en qué publicar, si lo que estábamos viendo era digno de Instagram o si nos importaba lo que los demás estaban haciendo. 

Los primeros días no hablamos prácticamente nada de Mustard , los dos necesitábamos espacio en la cabeza para relajarnos y desconectar de verdad. Pero con el paso de los días recuperamos la energía y mantuvimos un montón de buenas y profundas charlas con nuestra familia, hablamos de nuestras preocupaciones y estudiamos nuestras ideas. Con las exigencias del día a día siempre ocupando nuestro tiempo, fue una oportunidad para pensar en el futuro, pensar en grande y volver a conectar con las cosas que más nos gustan de crear nuestra marca.

Cuando por fin volvimos a encender nuestros ordenadores y nos conectamos de nuevo con el mundo, nos sentimos agradecidos de saber que todos seguíais ahí. 

Nuestras ventas eran bajas, nuestras redes sociales no llamaban la atención y nuestras bandejas de entrada estaban abarrotadas pero, sinceramente, un descanso de Mustard fue absolutamente lo mejor que pudimos darle a nuestro negocio. 

Becca x

Taquillas

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